15 oct 2017

See you, París



Cenizas.

Libre, así me sentía antes de que tú aparecieras en mi vida. Me sentía totalmente separada de mis sentimientos, me había despedido de ellos incluso.

Supiste como ahogarme en mentiras, me empujaste para que me cayera de aquella nube a la que tú mismo me invitaste. Resultó que todo era una mentira y todavía no sé si me abriste los ojos o empecé a ver todo borroso.

Ojalá aquellos últimos días se pudieran borrar del calendario, porque de verdad que creí en ti, que tenía esperanza en mí y que me enamoré de algo que, al parecer, no existe. Supiste camelarme, camuflarte aún con tu clara maldad, haciéndote la víctima y acusándome de villana; cuando al final resultó que la chicha dura, como tú me llamabas, fue la única que salió herida de esa ilusión.


Y supongo que gracias, porque ya estaba empezando a pensar que tenía un problema, o que la sociedad podía estar enferma. Que creían en el amor, eso que yo no veía por ningún lado. Y ahora me doy cuenta de que realmente es así, estamos enfermos por pensar que el amor, algo que termina llenándonos de heridas y cicatrices, es algo que necesitamos y ansiamos. 

Gracias por dejar quererte, aunque solo fuera un mes junto a ti y sesenta y tres días pensándote.