20 dic 2015

Alaska, June y Phoenix. Wattpad.

¡Wiiiiiiiiiiiiii!
Después de mucho tiempo por el Diario de Alison Müller y sin pasarme por aquí, vengo a daros los buenos días. Y ya que estoy a hacer una pequeña recomendación.
Con esto me refiero a que no me voy a explayar mucho porque no tengo tiempo, sin embargo la recomendación de hoy es de tres libros. Aunque también podría acortarlo y recomendaros un perfil de wattpad.
Ella es: dorkageyama 
Os voy a recomendar tres de sus libros: Alaska, June y Phoenix. No es porque los otros no me gusten, es que simplemente no los he leído. 
De todas formas, estos tres los dejo súper recomendados. Empezando por lo alejados que están de los típicos clichés, sobre todo June (en mi opinión) y siguiendo con la escritura de esta maravillosa persona que consiguió que me leyera los tres en un día. 
He de decir que Phoenix no está acabado, pero aún así, el principio es genial. 

Además de que las portadas de los tres libros son sencillamente geniales:


Y bueno, eso es todo.
Espero que les echéis un vistazo

¡Ah, y se me olvidaba! Pasaros por aquí: http://elbauldealisonmuller.blogspot.com.es/ 
Sí, es mío y la explicación de por qué he abierto otro blog lo tenéis en él. 

Muchísimas gracias y muchos besos para todos mis preciosos y preciosas. 

7 dic 2015

Recomendaciones en wattpad.

Hoy es día de recomendación en wattpad.
Ya os hablé una vez de Nada, mi, por el momento, obra favorita en wattpad. Tanto por cómo está escrita, por lo que transmite, las sensaciones que te inundan al leerla y la historia en sí. Sigo frustrada porque sé que la autora no va a terminar la segunda parte. Sí, era un borrador y todos lo sabíamos pero seguía siendo igual de especial. De todas formas, me conformo con la primera.

La recomendación de hoy no tiene nada que ver. No te oprime cuando la lees y tampoco te paras a pensar que el mundo es una completa basura mientras lloras desesperadamente pero aún así continúas leyendo.

Lo que todo gato quiere la quiero recomendar al igual que todas, por lo bien que está escrita. Es muy difícil encontrar obras que estén así en wattpad y ni siquiera considero a las mías unas de ellas por muy pocas faltas de ortografía que tengan. Pero no sólo conformándonos con lo bien que está escrita, aumentamos el hecho de que en esta obra se incluye la fantasía, por así decirlo, y tengo que admitir que es muy difícil escribir este género cuando tú misma te estás inventando algo, que tienes que darle forma y no olvidarte de los detalles porque si cometes algún fallo todo deja de tener sentido.

Pero este no es el caso, Ingrid V.Herrera (@ingridvherrera) consigue que incluso te creas esa fantasía. Está bien, tal vez exagero, pero sí que es verdad que a la hora de organizar toda la obra y llevar a cabo la obra no comete ningún fallo, o por lo menos yo no lo he visto.

Os dejo con la sinopsis:

« ¿Chicos guapos que se convierten en vampiros? Vamos, ¡eso ya paso de moda! Además, realmente, no creo que alguien sea guapo todo lleno de sangre. ¡Puaj! ¿Chicos fuertes que se convierten en lobos? Táchalo. ¿Sexys demonios? ¿Encantadores ángeles? ¿Qué es esto? ¿Una loca película épica? No. Mejor sal a pasear, y quizás te encuentres con un gato que te cambie la vida. »

He de reconocer que en un principio me negué a leerla sin siquiera ver la primera página sólo por la sinopsis. Por un lado me llamaba mucho la atención tanto el título como la portada (me encantan los gatos), pero por otro lado, al leer ese pequeño párrafo creía que se trataba de otra historia más de wattpad sobre un tío bueno que se convierta en un gato gigante o algo así. Pero no, yo me di la bofetada que me merecía al comenzar a leerla. Me enganchó desde el primer momento y me pareció de lo más original.
No contenta con tener una primera obra, Ingrid nos alegra la existencia con la segunda; Te quiero, pero voy a matarte.
Las segundas partes las suelo leer por compromiso, o a veces ni siquiera eso. Pero esta vez no ha sido así, me parece tan buena como la primera. Incluso tiene más acción.

Recomendadísimas las dos. Y aunque ahora mismo no voy a hacer un resumen sobre lo genial que es la siguiente, os recomiendo también El secreto de Diego (De @enlibertad). En este caso sí que es tan catastrófica como Nada, pero igual de bien escrita y atrayente.

Ignorante.

Roto pero elegante, dañado pero siempre valiente.

Ignorante de todas las miradas que se posaban en él, el insomnio le azotaba todas las noches y sin embargo seguía viéndose perfecto, pero a él ni siquiera le importaba, no perdía tiempo preparándose, le prestaba la mínima atención a su aspecto haciéndole, si es que era posible, aun más atractivo. 

19 oct 2015

Se cansó de la vida.

Arrasaba con todo, acampando a sus anchas, inundando su boca. Caminaba como si nada de viaje hacia sus pulmones y él no hacía absolutamente nada, aspiraba y seguía aspirando esperando a que el maldito tabaco que un día llegó a su vida acabara con ella lenta y dolorosamente. Había dejado de sentirse querido para odiar todo a su alrededor, había vivido demasiadas cosas en tan pocos años que se saturó. Prefería dejar de respirar a seguir intentándolo. Intentar llevar una vida normal, lejos de todos sus problemas, lejos de aquella adicción. Irse lo más lejos posible y, si tenía suerte, poder sonreír alguna vez. Aunque sólo fuera una, pero lo necesitaba. Empezaba a cogerle asco a las sonrisas falsas que veía por la calle y a las que él mismo forzaba. Odiaba la falsedad, la maldad que podía tener la gente en su interior y no se explicaba como las personas podían ser tan arrogantes, egoístas y manipuladoras.
Echaba de menos ser pequeño porque recordaba que entonces no se preocupaba por todas esas estupideces, vivía y se reía a carcajadas por nada. Encontraba el lado bueno de las cosas, no necesitaba huir de la oscuridad porque nunca había llegado a ella, desconocía el concepto soledad y, aunque en un momento de su vida le había parecido que era lo mejor del mundo, se dio cuenta de que no era así. Aunque fuera contradictorio también le repelía estar rodeado de gente porque entre todos ellos no encontraba a nadie que mereciera la pena.
Buscaba la fórmula perfecta, la persona adecuada, aquella que supiera cuando callar y exactamente qué decir. Aquella que no necesitara razón para estar a su lado, que sin contexto supiera lo que le pasaba, lo que le atormentaba y lo que vagaba por su mente.
Y ahí estaba el problema, en que lo imposible no existe y eso para él se alejaba de la realidad. Aún con millones de personas en el planeta estaba completamente seguro de que no existe nadie así, está seguro de que el puto invento de la media naranja es eso, un invento de la humanidad para que alguien se crea que la ha encontrado y se sienta mejor. Puros engaños de la sociedad para ella misma, mentiras que nos creemos porque no somos capaces de darnos cuenta de que todo es una mierda.
Pesimismo, otra cosa que le atormentaba. Ni siquiera se podría definir como bipolaridad lo que reinaba en él, era simple odio hacia todo, ni una pizca de aprecio, admiración o deseo. Habían pasado años desde que deseó una última cosa, pero dejó de hacerlo porque al igual que las promesas de los políticos, los deseos son algo que llega muy de vez en cuando, por no decir nunca.

La opresión de todos sobre él, la opresión de él mismo sobre sus sentimientos y sobre su estado. Ni aun estando fuera rodeado de la nada se sentía libre. La libertad era algo que paso por sus dedos como los granos de arena, se evaporó de su vida tan pronto como llegó, tan rápido que ni siquiera podría describir la sensación. 

10 oct 2015

Supongo que es un adiós, e incluso sin suponer sé que lo es.

No estoy acostumbrada ni a recibir atención ni a tener que darla. No me gusta estar atada a nadie, odio sentirme obligada a salir de casa y amo la libertad.
No puedo seguir con esto porque siento que mereces más de lo que yo soy capaz de darte y sé que tú también lo sabes. Soy incapaz de seguir haciéndote perder el tiempo cuando puedes encontrar a alguien que te dé lo que realmente necesitas y ansías. 

29 sept 2015

Vivamos juntas.

Hablemos de compartir piso.
Sí, he vuelto a las antiguas introducciones, y cuando digo antiguas me refiero a la que utilicé hace
unos meses, pero me he puesto a mirar todas las entradas y me han dado ganas de volver a utilizarla.
Vayamos al grano. Ciudad nueva, universidad... Hay varias opciones: compartir piso, vivir en residencia, vivir con familiares, un piso para ti sola, comprar un piso, alquilar una mansión, utilizar tu casita de veraneo. 
Dejando a un lado el cachondeo y la poca gracia que tengo en días de fiebre, sí. Yo elegí la primera opción. Comparto piso con mi mejor amiga después de que la mayoría de las personas a las que se lo contábamos nos dijeran que eso destruiría nuestra amistad. Yo sólo puedo decir que después de una semana viviendo con ella (aunque aún no lo haya asimilado), la convivencia ha sido lo mejor hasta ahora. 
Supongo que el truco está en aceptar los "fallos" de la otra, y lo pongo entrecomillas porque no tienen porque serlo. Tenemos que aprender a aceptar las diferentes opiniones y las diferentes formas de hacer las cosas. Saber cuando tenemos razón y cuando no. Digamos que esto es como un matrimonio pero sin sexo. Existen decisiones que hay que tomar juntas y ver cual es la mejor solución a los problemas. 
No quiero pintar todo de rosa porque sé que tendremos problemas, sólo digo que convivir con un amigo o amiga no quiere decir que os vayáis a ir a pique. Si de verdad existe esa amistad y confianza, se hace lo posible por convivir. 
Muchos besotes para todos.
-Alicia-

De momento es el miedo el que huye.

Segunda semana y ya puedo decir que soy oficialmente universitaria. 
Segunda semana y ya estoy hasta las narices de que me manden cosas que no entiendo hasta tres horas después de clavar los codos en la mesa, pero el que algo quiere, algo le cuesta. 
Sí, matemáticas, esa carrera tan bonita y especial, que dice mi profesor de números y conjuntos. 
Ya he dejado atrás unos cuantos de mis miedos, el de no encontrar a nadie. Ahora puedo decir lo absurdo que era eso. He conocido a muchísima gente, todos adorables y achuchables. El miedo de mudarme a una ciudad más grande va desapareciendo conforme van pasando los días, hoy ha sido la primera vez que me he ido de compras yo sola, a buscar ropa. He dejado de lado las inseguridades y me he fiado de mi propio criterio. Cada día me aprendo sitios nuevos y converso con gente genial, porque todos tenemos algo que enseñar y algo que aprender de los demás. 
He tenido mi primera fiesta universitaria, después de la cual fui a clase sin dormir. Supongo que no está bien, pero también es algo que entra en las cosas que hay que hacer antes de tener el título universitario, y por qué no hacerlo si me lo estaba pasando como una enana. 
De todo lo que acabo de decir, creo que la mayoría son cosas nuevas. Miedos que desaparecen e inseguridades que se esconden, pero también hay otros que crecen. La carrera es terriblemente difícil y que los veteranos te digan que a mitad de curso no vais a llegar a los 30 en clase, asusta. 
No diré mucho más porque no tengo nada que aportar, así que... Hasta la próxima. 
Muchos besotes para todos. 
-Alicia-

10 sept 2015

Miedo atroz.

Independencia. 
Una de mis palabras favoritas, y no por cómo suene, sino por lo que significa. Amo sentirme independiente y por lo tanto odio la dependencia. Odio ver a gente que no es capaz de seguir con su vida cuando otra persona no hace lo que esperaba. Amo tener tiempo para mí, alejarme de todo el mundo y no pensar en nadie que no sea yo. Y sí, suena extremadamente egoísta, pero es lo que hay. 
Conforme pasa el tiempo más me doy cuenta de que soy incapaz de vivir atada a otra persona, me negaba a tener una relación y lo peor de todo es que ahora, recién empezando una, me sigo viendo incapaz. Tengo muchísimo miedo al compromiso, tal vez sea eso y lo demás sea solo para ocultarlo. La constante aceptación de mi "egoísmo", las luchas diarias en contra de las personas dependientes, las reivindicaciones de mis derechos como persona y como mujer, mi, poco a poco creciente, feminismo. Todo ello puede ser resultado del miedo atroz que siento al compromiso. Tengo miedo de dañar a otras personas porque sé que si la relación en la que me estoy metiendo acaba mal, no será para mí. 
Es cierto que no llevo mucho tiempo, es más, sólo una semana. Pero me siento caer en un abismo cuando pienso que todo esto se puede alargar a un año, y me ahogo al pensar que él piensa en mi como algo a largo plazo. Ha habido momentos en los que me he llegado a odiar, a reconocerme como la mala de la película que juega con los sentimientos de los demás, pero os juro que yo soy incapaz de tener ese sentimiento de posesión, no sé si es una virtud o un defecto el hecho de que no sienta celos, de que me dé exactamente igual lo que haga durante el día. 
Llevo semanas sin escribir y hay tantas cosas en mi cabeza que creo que al final me voy a hacer un lío. Quería hablar de la independencia, del miedo a las relaciones, de la soledad, de los ataques de ansiedad, de la universidad, de lo aterrada que estoy por mudarme, de tantas cosas que no tengo tiempo material para ello. Pero sobre todo quería hablaros de ese cambio, el hecho de tener novio por primera vez en mis dieciocho años. Sí, nunca he tenido uno y siempre estoy hablando de mi odio hacia ello. Pienso que eso tal vez sea una de las razones por las que dije que sí, es decir, si critico algo me gusta conocerlo y me duele decirlo porque suena asquerosamente frívolo, pero es así. 
Tampoco me crucifiquéis... 
Voy a hacer un paréntesis porque lamentablemente detrás de esa frase quería escribir algo bonito, quería poner que conforme pasan los días me gusta más pero sería engañaros a vosotros y engañarme a mí misma porque soy jodidamente incapaz de ver el lado bueno de las cosas y es algo de lo que no me siento orgullosa. Odio mi pesimismo, soy muy exagerada a la hora de posicionarme en según qué opiniones y yo ya tenía la mía demasiado desarrollada como para cambiarla ahora. 
Supongo que con tiempo y paciencia todo cambiará, pero eso habrá que verlo.

Muchos besis para todos.
- Alicia -

27 jul 2015

Defectos o virtudes.

La impaciencia es algo de lo que lamentablemente puedo presumir. No me enorgullezco de ello pero sí, puedo llegar a ser la persona más impaciente del mundo.

La indiferencia por algo a lo que no le atribuyo importancia.

El amor y el cariño que puedo llegar a dar. (A mi gato.)

El odio y la adoración simultáneos a los abrazos.

La satisfacción notable que me inunda cuando sé que he hecho algo bien.

La autodestrucción y autocompasión cuando sé que he hecho algo mal.

El miedo a lo desconocido.

La iniciativa de enfrentar mi miedo a lo desconocido.

Saber valorar las cosas buenas y las cosas malas que tiene la vida.

El egoísmo con lo que me importa.


20 jun 2015

Merecedores de tiempo.

Hablemos de orientaciones sexuales. 
Sí, hablemos de etiquetas porque al fin y al cabo no sabemos vivir sin ellas por mucho "no me seas hipócrita y no pongas etiquetas porque todos somos iguales". 
No. 
No todos somos iguales y aunque haya gente que se niegue a verlo, para mí es bastante evidente. Es decir, ¿qué diversión tendría no ser diferentes? Ninguna.
Pero eso sí, heterosexuales, bisexuales u homosexuales, todos somos personas, y eso sí que es innegable. Pero al margen de eso, seguimos etiquetándonos. Porque es importante. Sí, podemos decir que nos gustan las personas pero todos tenemos preferencias. Igual que podemos decir que nos gustan las altas o las bajas. 

Pero a lo que iba y de lo que realmente quería hablar es de indecisiones con respecto a este tema. Porque yo por muchas mujeres me haría homosexual y la verdad es que muchos hombres me incitan a hacerme lesbiana porque son realmente repulsivos. Pero lo mismo pasa al contrario. Las bromas sobre mi "gusto por las mujeres" van y vienen, vuelan entre mi grupo de amigos y todos nos lo tomamos a risa, pero conozco sus miradas cuando realmente creen que no me gustan los hombres. Pero vamos a ver. Ellos se lo buscan. 

Hasta que no encuentre a un hombre o a una mujer que realmente me haga decir que quiero una relación, que he encontrado a esa persona merecedora de mi tiempo, entonces podré decir lo que me gusta. Hasta entonces, ¿por qué no tomarse la vida con gracia y bromear sobre ello?



Sola y rodeada de gatos, es una salida.

Hablemos de torturas y de amigos empeñados en que todos tenemos que estar emparejados.
Queridos, ¿por qué no entendéis que no necesito a otra persona para vivir?
Ahora hablando en serio, después de dos intentos de emparejamiento empiezo a pensarme la opción de hacerme lesbiana solo porque donde vivo con suerte hay dos más y está claro que no van a intentar que salga con ninguna de ellas.
Y bueno, ahora vienen las razones de por qué no quiero a nadie.
Me da bastante asco la dependencia, y sí, sé que no es necesario ser dependiente de alguien cuando tienes pareja, pero de alguna forma es inevitable. O así es como yo lo veo. Por otra parte, yo no digo que no quiera a nadie. Yo digo que si encuentro a alguien que se merezca su tiempo, pues adelante y me arriesgo, pero no voy a perder mis energías y mis minutos en alguien con quien probablemente estaría mejor en una relación de amistad. Porque, ¡viva la friend-zone!
Que sí, que todos tenemos necesidades biológicas, pero que hasta que no me muera por falta de ellas, no buscaré desesperadamente a alguien porque sinceramente, no tengo ninguna prisa en condenarme.
Y que no cunda el pánico, acepto a los demás, y que quien quiera salga con quien le de la gana, yo no tengo ningún derecho a juzgarles. Pero por el amor de Dios, a mí que me dejen en paz, que si quiero a alguien ya ligaré yo por mi cuenta o en su defecto, me compraré un muñeco hinchable que seguro que discuto menos con él.

8 jun 2015

60 cosas que amo.

1.       El olor a lluvia.
2.       Los gatos.
3.       Una piscina vacía.
4.       Los vídeos de gatos.
5.       A mi mejor amiga (como amiga).
6.       Los chicos con tatuajes.
7.       Los chicos sin tatuajes.
8.       Las matemáticas.
9.       Los logaritmos.
10.   Los gatos.
11.   Los canelones.
12.   La lasaña.
13.   Los espaguetis a la boloñesa.
14.   Cocinar pasta.
15.   El silencio.
16.   El olor a tomillo.
17.   Las bañeras.
18.   Las sales de baño.
19.   El coco.
20.   Las fresas con nata.
21.   El chocolate con churros.
22.   Las sorpresas bonitas.
23.   La fotografía.
24.   Los recuerdos.
25.   La música.
26.   Escribir.
27.   Mi estatura.
28.   Los hombres con uniforme.
29.   Hablar inglés.
30.   Mi gato.
31.   Cortarme el pelo.
32.   Teñirme el pelo.
33.   El maquillaje.
34.   Los anacardos.
35.   Los halagos desinteresados.
36.   El interés.
37.   Los conciertos.
38.   El agua fría.
39.   Los batidos de chocolate.
40.   Jugar al tenis.
41.   Las camisetas holgadas.
42.   Los pantalones pitillo.
43.   Las converse.
44.   Viajar.
45.   Múnich.
46.   Ámsterdam.
47.   Las tardes con amigos.
48.   Las tardes de relax.
49.   Las tardes después de terminar los exámenes.
50.   Las vacaciones.
51.   Los abrazos.
52.   Los besos.
53.   El humor.
54.   Los chistes malos.
55.   Las películas.
56.   Las series.
57.   Los libros.
58.   Leer.
59.   Los portaminas de colores.

60.   Las montañas rusas.

50 cosas que odio.

1.       Las acelgas.
2.       Las arañas.
3.       Las telas de araña.
4.       Los ruidos que hacen las personas al comer.
5.       Los ruidos de impaciencia.
6.       El agua con sabores.
7.       Los tics repetitivos.
8.       Los exámenes.
9.       Los nervios pre-examen.
10.   Vomitar.
11.   Que las cosas buenas engorden.
12.   Las miradas de asco.
13.   Las miradas de superioridad.
14.   El calor extremo.
15.   Las piscinas con mucha gente.
16.   Las playas aglomeradas.
17.   Las críticas destructivas.
18.   Las ordenes obvias.
19.   La gente que se queja de todo (encontrad la ironía).
20.   Consolar a la gente y que a mí no me consuele nadie.
21.   Ser egoísta con lo que quiero.
22.   Los granos.
23.   Los pantalones que más que pantalones parecen bragas.
24.   Que no me saluden por la calle.
25.   El que la gente se crea mejor por fumar.
26.   La miseria.
27.   La indiferencia.
28.   Un mal gobierno.
29.   La marginación.
30.   La manzanilla.
31.   El pimiento.
32.   Los agujeros en los calcetines.
33.   Que sea necesario ser mayor de edad para tantas cosas.
34.   Las leyes absurdas.
35.   La gente que presume de cosas que no tiene.
36.   La gente que busca llamar la atención a cualquier precio.
37.   Películas con el final demasiado obvio.
38.   Películas de sábado por la tarde.
39.   Gente que no aprecia el esfuerzo de los demás.
40.   Mi poca fuerza de voluntad.
41.   El dentista.
42.   La importancia que algunas personas le ven a tener pareja.
43.   La suciedad en una cocina.
44.   Los sitios agobiantes.
45.   Las alturas.
46.   Mi inseguridad.
47.   Ligar.
48.   Los niños pequeños malcriados.
49.   Las cotillas.

50.   Las personas que están dispuestas a pisotear a los demás por algo que no merece la pena. 

Diecisiete horas y nada de ganas.

A diecisiete horas de tener mi primer examen de la prueba de acceso a la universidad, se me ha ocurrido la brillante idea de bloggear, porque vamos, llevaba mucho tiempo sin hacerlo y seguro que era más productivo que estudiar un p*to examen de filosofía que me va a salir muy mal. Mi cabeza funciona a la perfección, como podéis observar y se ve claramente que sé priorizar las cosas importantes sobre las que no van a tener ninguna relevancia en mi futuro académico. Pero, venga hombre, yo voy a estudiar matemáticas, necesito un mísero cinco para poder entrar. Y sí, sé que ese pensamiento a mucha gente no le gusta porque ver a alguien que se conforma con tan poco da ganas de patearle el trasero. Pero, ¿sabéis qué? He estado tan saturada los últimos cuatro años de mi vida con los estudios, sabiendo que se me dan horriblemente mal, y aun así he sacado notas que estando en tercero de la ESO me habría reído y habría dicho que eso era imposible para mí.
He estado tan estresada, he tenido tantas arcadas y he vomitado tantas veces por los malditos exámenes, que ya no puedo más. Ya no puedo estar delante de unos apuntes por más de una hora. Tengo una fuerza de voluntad que está en niveles negativos y es muy frustrante que no pueda hacer algo que realmente necesito y que sé que en un futuro me agradeceré por haberlo hecho. Porque todos sabemos que salir de un examen y poder decir que te ha salido de puta madre porque lo llevabas bien preparado, es una de las mejores sensaciones cuando estás en edad de estudiar. En general, ver que tu esfuerzo se ve recompensado es demasiado bueno. Y yo soy incapaz de ponerme a estudiar en serio porque la mancha que hay en la pared me parece cien veces más interesante. O bueno, esto es un claro ejemplo. Me parece más productivo estar escribiendo esto que estar estudiando las locas teorías sobre el mundo material y el sensible. Y el problema es que cuando llegue mañana al examen de filosofía y no sepa qué responder a lo que me preguntan, me pegaré patadas mentalmente.
Solo espero que al año que viene, estando en la universidad, de verdad me interesen las clases y que no me parezcan algo sin fundamento que no me va a servir para nada en la vida. Y sé que es un pensamiento estúpido porque aprender debería ser algo que nos guste a todos. Pero sinceramente y aun exponiéndome a las críticas de a quien le guste, yo no entiendo la filosofía y sobre todo, no entiendo cómo pueden poner algo así como obligatorio. Sin embargo, estoy segura de que es el profesor el que más influye a la hora de que te guste una asignatura o que te deje de gustar. Y por consiguiente, que te acuerdes al día siguiente de las cosas o no. Porque hay profesores que se tendrían que dedicar a cortar árboles en Rusia y no a dirigirse a adolescentes sin una pizca de gracia en la voz y con más ganas de irse a casa que de que nos enteremos de algo.

Toda esta parrafada venía a que se me ha ocurrido escribir un cincuenta cosas que odio, aunque bueno, esto me ha quedado tan sumamente largo, que lo voy a poner en otra entrada, porque al fin y al cabo son gratis y no quiero mezclar. 

Muchos besis para todos. 
-Alicia-

15 may 2015

¿Insegura? Demasiado.

Hoy, 15 de mayo de 2015, me he vuelto a dar cuenta de que soy una persona insegura. 
Vale, no. Eso ya lo sabía de sobras. 

El caso es que me he parado a analizarlo (o algo así).
Todo esto ha surgido porque mi profesor de fotografía nos ha "obligado" a presentarnos a un concurso, obviamente fotográfico, y yo me he dado cuenta de que en el fondo (no muy al fondo), no quería presentarme. 

Pero es absurdo, es decir, yo sé que es bueno para mí. No pierdo nada presentándome y si gano me dan dinero, que eso nunca viene mal. (A no ser que seas político y ese dinero sea de todos los ciudadanos.)
Y no sólo en esto, a diario me niego a hacer cosas y me defiendo diciendo que está claro que no soy capaz a lograrlas. Pero sé que no es así, y he llegado a una conclusión. 
No quiero hacer cosas por miedo a defraudar a los demás en el sentido de que ¿y si gano el concurso y ya no vuelvo a ganar más? ¿Y si saco un diez en un examen y el siguiente lo suspendo? 
Y eso es horrible porque prefiero quedarme en mi zona de confort a salir de ella y conseguir cosas buenas para mí.
En las únicas cosas en las que me exijo aunque sea un mínimo es en matemáticas e inglés porque de alguna forma me siento segura conmigo misma. Pero sólo en eso, lo que hace que me sienta más insegura. 

La verdad es que ni yo misma me entiendo. Pero todo esto no sólo me pasa en el ámbito de los estudios o la fotografía. Hace dos años dejé de jugar al tenis porque yo no me creía capaz de conseguir algo con eso, pero ahora lo pienso y sé que sería capaz de conseguir lo que quisiera pero tengo que intentarlo, y eso es muchas veces (la mayoría) lo que me echa para atrás. Porque ¿para qué voy a intentar algo durante tanto tiempo para nada? En mi cabeza hay un constante "siempre hay alguien mejor que tú" que me echa completamente para atrás. Y lo odio. 
Lo odio pero no sé como deshacerme de él. Y es que no tengo que hacer eso, tengo que aceptarlo porque no podemos ser los mejores en todo y de las derrotas se aprende, ¿no? 
Bueno, pues eso es algo que tengo que conseguir aprender, y lo voy a poner en mi lista de propósitos, como el presentarme al concurso y dar lo mejor de mí para intentar ganar. 

PD: El de la foto es mi gato. Es muy adorable, *-*. 

Muchos besis para todos.                                                                                                          -Alicia-

7 may 2015

"Crush" diario.


Ahora se ha puesto de moda, o a la gente le ha dado por decir que tienen un "crush". Entendiéndolo como que se han colado por alguien, yo me lo tomo como algo de atracción, es decir, meramente físico. Y he de decir que si no viviera en una ciudad tan pequeña, tendría mi crush diario. Sin embargo puedo tener uno a la semana. Porque vamos, no soy ciega y tampoco soy de piedra. 

Analicemos la situación, si yo voy por la calle y se me cruza por delante un moreno de ojos extremadamente claros, no puedo evitar babear un poco y expresar mi opinión a mis amigas. 
Siendo sincera, cuando he empezado a escribir esto no tenía pensado ningún final, sólo era escribir por escribir. Pero me he acordado de esos comentarios de la gente de "No mires, tú tienes novio/a". Está bien decirlo de broma, todos lo hemos hecho alguna vez. 
El problema viene cuando hay gente que de verdad lo piensa y cree que tiene razón. Pues bien, no es por criticar, cada uno que piense lo que quiera, pero quería exponer mi opinión hacia estos comentarios. 

Y es que, ¿qué más da que alguien tenga pareja para admirar las vistas que la naturaleza le ofrece? Si no hubiera auténticos dioses griegos por las calles no tendríamos ese problema. No quería dirigir esto sólo a las chicas, pero por experiencia sé que solemos ser nosotras las que decimos estas cosas. Ya sea a una amiga, como a un amigo porque tenga novia. 
Yo siempre digo lo mismo "¿qué más te da?", digo yo que mientras no seas tú su pareja no tienes por qué opinar, y menos decirle a alguien qué puede y qué no mirar. Y en el caso de tener pareja, desde mi punto de vista, el problema sería en la seguridad y autoestima de él o ella. Porque si eres una persona insegura que se pregunta constantemente "¿por qué está conmigo?", que mire a otras personas con los ojos como chiribitas no creo que ayude mucho a subir tu autoestima. Pero en ese caso el problema sería de los dos y digo yo que tendrían que hablarlo. 
En resumen; no somos nadie para prohibir a otras personas mirar a donde quieran. Porque los celos extremos no significan que te quiera mucho y nadie tiene dueño.



Muchos besis para todos.
- Alicia -

2 may 2015

Dietas y torturas.

 Todos hemos hecho dieta alguna vez. Aunque sólo haya durado medio día, o por lo menos nos lo hemos propuesto. 
Lo típico que dices en año nuevo, "me voy a poner a dieta para lucir un cuerpo bonito en verano" (lo tenéis que leer con voz de pito y estridente). 
Pero, ¿qué es un cuerpo bonito? 
Mi ley de vida es que todo es subjetivo. Lo que a mí me puede parecer un cuerpo bonito, a otra persona le puede parecer una bazofia. Y es que todos tenemos gustos diferentes, por eso mismo tendríamos que buscar un cuerpo bonito para nosotros, no para los demás. ¿Qué más da lo que piensen los demás si no nos gustamos a nosotros mismos? 
El problema es que no da igual. Nos afecta demasiado vivir en una sociedad tan superficial que sólo mira por sus intereses y no los de los demás. Nos acostumbramos a verlo como algo normal y llegamos a cambiar cosas de nosotros mismos para agradar a los demás. 

Menuda locura, ¿no? 
A veces somos personas demasiado influenciables y eso no es ni sano ni recomendable. Todos deberíamos aprender a querernos como somos porque si todos fuéramos iguales no tendría gracia, y de todas formas nunca podríamos serlo porque siempre habría alguien que fuera capaz de destacar sobre los demás. Y lamentablemente hay una gran probabilidad de que aparte de destacar, los pisoteara. 

Me desvío del tema. 
Dieta; ja, ja, ja. 
La dieta es mentira, son los padres. 
Y me refiero a la dieta que hacen algunas personas de "hoy no como, y así adelgazo más rápido" o de "Uy, pasta, eso no que engorda mucho". Pues señores y señoras, otra tontería más. Este año me he dado cuenta de que me da igual el cuerpo que tenga en verano. Yo no quiero algo bonito por tres meses y que me va a costar la vida conseguirlo. Yo quiero un cuerpo sano y eso no se consigue dejando de comer o privándome de mis comidas favoritas, porque se puede comer de todo en su justa medida. Estoy aprendiendo a hacerme comidas más sanas, comiendo fruta todos los días (cosa que antes no hacía porque la odio). 
Sí, no me gusta nada la fruta y es algo que me repatea porque me da mucha envida la gente que es capaz de comerse esas cinco piezas de fruta al día. ¡Pero no se alarmen! Que he encontrado una forma de no aborrecerla. Y la respuesta es... LOS BATIDOS.
Oh, bendita batidora que trituras todo. Me he aficionado a hacerme batidos, como yo los llamo "batidos ricos de sobras" porque simplemente cojo las frutas que tengo a mano y las trituro. Y he aprendido a preferir eso antes de un bollo que no me aporta nada. Y sinceramente, os animo a que hagáis lo mismo si sois como yo y no os gusta comer fruta. 

Por otra parte, las cantidades de comida que comemos deben ser las justas si queremos adelgazar, no podemos comernos una fuente entera de espaguetis, pero tampoco es cuestión de quitar eso de nuestro menú. Es más, yo sería incapaz. ¿Qué sería de mi vida sin la pasta? Nada. 

Y no nos olvidemos del deporte. Sinceramente a mí me parece algo asqueroso, en el sentido de que me gusta menos que comer fruta porque vamos a ver ¿quién quiere cansarse por gusto? Yo no. Y aún no creo a la gente que dice que al final te aficionas y el cuerpo te lo pide. Pero oye, que ya lo he oído demasiadas veces y quiero comprobarlo por mí misma. Así que me he propuesto algo para este verano, y sí, es el propósito de año nuevo un poco atrasado. Hacer deporte como mínimo cinco días a la semana y comer lo más sano posible.

Y todo esto no es para gustarle más a la gente porque a mí eso como que me la resbala un poco, pero sí para que me guste mi cuerpo cuando me mire al espejo y no ponerme de mala leche cuando vaya a comprar ropa. Porque aunque admito que no estoy tan mal, es decir, tengo un vientre plano que me encanta, pero no me gusta tener las caderas anchas como las tengo y aunque no puedo hacer que me encojan los huesos. He llegado a la conclusión de que todo es psicológico ya que la semana que hago deporte me veo mejor que la semana que no hago y si además estoy más sana y con más vitalidad, ¿por qué no?
El tema de las compras lo hablaré en otra ocasión porque es algo que me enfada bastante y no quiero juntarlo con esto. 

Así que bueno, informaré sobre mis progresos, si es que los tengo y nada más. 

Muchos besis para todos.                                                                     - Alicia -

30 abr 2015

Rencor.

Aunque a veces me cuesta admitirlo, soy rencorosa. Y según con qué personas, mucho más. 
Me tomo las cosas demasiado en serio, o más bien, me afectan bastante. Lo voy mejorando poco a poco, pero hay cosas de las que todavía me acuerdo y es difícil que no vengan a mi mente como mínimo una vez a la semana. Y es demasiado frustrante. 
Y como esto es para desahogarme, allá voy.

El curso de tercero de la ESO fue bastante divertido. En el sentido de que me lo pasaba demasiado bien en clase y sí, eso tiene consecuencias. Consecuencias como que a final de curso suspenda seis asignaturas cuando una de ellas se basaba en la profesión de mi padre, razón por la cual  me las apañé para que pensaran que sólo había suspendido cinco y sacarme por mi cuenta la asignatura en junio sin que se dieran cuenta. El caso es que ese fue uno de mis peores veranos porque en mi instituto se podía recuperar en junio y luego otra vez en septiembre, pues bien, yo en junio aprobé tres asignaturas, con lo cual tuve que estar todo el maldito verano estudiando para poder aprobar las demás en septiembre. Y las aprobé todas, con nota o no, sinceramente me da igual. 
La cosa es que cuando fui en septiembre para que me dieran las notas mi tutora me dijo que no me metiera en cuarto a ciencias (En mi colegio, en el que hay clases desde infantil hasta la ESO, sólo se puede escoger en cuarto ciencias o letras, nada de mezclar materias así que la física, química y biología eran obligatorias si elegía esa rama) Yo le encaré y le dije claramente que me iba a meter en ciencias dijera lo que dijera, que conseguiría sacar todo con más de un cinco. 
Me sentó realmente mal; que sí, que había suspendido seis asignaturas, pero nunca le digas a alguien que no es capaz de hacer algo porque no tienes derecho. Aunque si lo miramos de otra forma sería un poco como lo de "a que no tienes huevos", lo que me incitó más a hacer ciencias en cuarto. Y lo hice, me esforcé más ese año y terminé otra vez suspendiendo cuatro asignaturas. ¡Pero no preocuparse! Porque ese año, sí que sí, las conseguí recuperar todas en junio teniendo así el verano completamente vacío y el tema de cambiarme de instituto solucionado. 
También tengo que decir que al meterme en bachillerato elegí el de ciencias sociales, o una mezcla rara porque doy matemáticas aplicadas a las ciencias sociales y matemáticas de ciencias, pero eso da igual. Y no lo hice porque me dijeran que no sería capaz. Lo hice porque pensaba que sabía lo que quería estudiar y no requería ninguna asignatura de ciencias. 

También me acuerdo y siempre me acordaré de que cuando era pequeña me enfadé con mi mejor amiga y las demás se quedaron con ella. Pero eso no es lo peor, el problema viene cuando ellas mandaron al hermano de una de mis amigas a pegarme un puñetazo que recuerdo a la perfección. 
Ella sigue siendo mi mejor amiga, ahora más que nunca, pero creo que nunca me voy a quitar esa espinita. 

Hace un par de meses mi profesor de historia me dio a entender que la carrera de matemáticas era muy difícil y que sería terriblemente complicado que consiguiera sacarla. Pues por mis narices que la saco. Y cuando la tenga, volveré para restregárselo en las narices, a él y a mi tutora de tercero de la ESO. Porque repito, no creo que nadie pueda decirle a otra persona que no es capaz de algo porque todos somos muy capaces. 

Y hay muchísimas otras cosas de las que me acuerdo, pero creo que no es por rencor sino por decepción por mí misma. Constantemente me acuerdo de cosas que podría haber cambiado. El haberme enfadado con alguien sin razón aparente o no despedirme de una persona. O simplemente no saludarla cuando estaba a kilómetros de mí para que cuando vuelva poder decirle que le he echado muchísimo de menos y que aunque sea verdad, poder demostrarlo. 

Pero la vida no la podemos vivir arrepintiéndonos, tenemos que vivir el presente tomando decisiones y no van a ser todas buenas porque lo que tiene equivocarse es que aprendes de ello.

¿Qué voy a estudiar? ¿Qué quiero estudiar?

Como he dicho en algunas ocasiones, yo tengo diecisiete años. En este año supero la mayoría de edad y me toca elegir universidad y carrera universitaria, o como se dice ahora, grado. 
Pues bien, para decir lo que quiero hacer, voy a empezar por el momento en el que con seis años quería ser profesora. 

Profesora de niños, ¡qué locura! Pero, ¿sabéis por qué? Sencillo, a mí me gustaba mandar y los profesores tienen demasiada autoridad para hacer eso y para castigar a los niños. Sí, yo sólo quería ser profesora para castigar, algo demasiado bonito y educativo, ¡sí señor!

Pero eso se quedó ahí, porque a mí me encantaba el pelo. ¿Qué niña no ha querido ser peluquera? Yo no soy la excepción, mi sueño era lavar y peinar cabellos. Teñirle el pelo a la gente y dejar algún que otro trasquilón. Pero mi sueño se fue al garete cuando mi madre, que llevaba demasiados años siendo peluquera, me dijo que no me dejaría dedicarme a eso porque me dolería muchísimo la espalda. Ella dejó de serlo cuando yo cumplí los dos años, o por ahí. Y esa es una de las pocas veces en las que he seguido el consejo de mi madre al pie de la letra casi tatuándomelo con tinta invisible en la piel. Yo no puedo ser peluquera. Y ya lo he dicho tantas veces que se me han quitado las ganas.

¿Qué vino después? La verdad es que no me acuerdo de si hay algo entre medio, pero ser psicóloga me parecía la mejor profesión del mundo cuando tenía doce años, y así hasta los quince. Venga hombre, ¿que la gente te cuente sus problemas y tú resolverlos? El mejor trabajo, y si eres bueno, te pagan bien. El problema llegó cuando me di cuenta de que para escuchar, vale, pero para solucionar los problemas soy bastante pésima. Bueno, eso y que tener que estudiar durante seis años para conseguirlo no me atraía demasiado. Ah, y que me di cuenta de que ser psicóloga no consistía solo en eso. 

Y llegamos a los quince, deseché la psicología de mi cabeza cuando, en una charla del instituto nos hablaron de empresariales. ADE (Administración y dirección de empresas), esa carrera que tenía muchísimas salidas. Dirigir una empresa, oh venga, llegaría a dominar el mundo (o no). Me convencí a mí misma de que me gustaba. Me encantaba ver las noticias y amaba las de economía (lo sigo haciendo). Con la crisis era lo más visto y me llegaba a fascinar. ¿Economía no sería tan difícil si me gustaba, no?   
JA, JA, JA.
Así me río yo ahora cuando, en segundo de bachiller, con la economía de primero aprobada por los pelos con un 6, decidí que si quería estudiar ADE tendría que ponerme las pilas con esta asignatura que no era para nada lo que yo esperaba. Al terminar primero pensé "al año que viene me lo tomaré más en serio, seguro que es más divertido y me cuesta menos". Y con toda esa ilusión empecé mi último año de instituto. 
Ilusión que se fue por la alcantarilla cuando mi actual profesora se presentó en clase. Una mujer cuadriculada que quiere todo al pie de la letra. Y, aunque yo vaya a letras, soy incapaz de aprenderme algo así. Y bueno, aquí estoy, aprobando economía otra vez por los pelos y gracias a la práctica que la hago perfecta. Porque tal vez, y sólo tal vez, yo tendría que estar en ciencias rodeada de mis apreciados números y fórmulas.

Porque sí, finalmente me he dado cuenta de que no me puedo conformar con tener cuarenta años y decirle a mis hijos que puedo ayudarles en matemáticas porque yo cuando era joven era muy buena en la materia. 

No. Yo no quiero eso, yo quiero ayudarles porque tengo un título que lo demuestra. Quiero dedicar mi vida a una de las cosas que más me gustan de ella. Y sí, aunque para algunos sea un suicidio voluntario y para otros una locura, voy a estudiar matemáticas
No quiero arruinar mi vida con algo que no me gusta por el simple hecho de que tenía más salidas laborales o porque "matemáticas es la carrera de los inventores". Y esto es lo que piensa mi profesor de mates, un ingeniero de telecomunicaciones que me ha dicho rotundamente que ni se me ocurra estudiar esa carrera sin futuro. 

¿La putada de todo esto? 
Pues que yo me doy cuenta de que quiero estudiar matemáticas cuando me encuentro en un segundo de bachiller de ciencias sociales y que no doy física desde hace dos años. Y sí, se necesita. Aunque para mi suerte sólo durante el primer año del grado. Pero una asignatura es una asignatura, y espero que no me toque mucho las narices porque no quiero estar a mitad y rendirme. No quiero decir que me he equivocado en mi decisión de estudiar lo que me pensaba que me gustaba. 

Y volviendo al tema de las salidas profesionales; esto también se podría considerar un problema, pero sólo por el hecho de que sólo tengo claro que quiero estudiar matemáticas pero que no tengo ni idea de en lo que quiero trabajar. Me he replanteado eso de la enseñanza, podría servir si no fuera porque mis niveles de paciencia son negativos. Pero me reconforta de una manera extraordinaria cuando ayudo a los demás a entender los problemas y luego me dicen cosas como "he aprobado el examen gracias a ti", me siento tremendamente feliz de saber que soy capaz de hacer que los demás entiendan las cosas y poder hacer problemas con los ojos cerrados sin necesidad de escribir nada. 
La felicidad me inunda cuando saco un diez en un examen de matemáticas y cuando estoy dispuesta a presentarme a subir nota cuando tengo un jodido nueve. O simplemente cuando me voy a presentar a un examen de PAU de matemáticas que no me pondera en absoluto. Mucha gente me ha dicho que es absurdo. La verdad es que hacer un examen que muchas personas estarían dispuestas a metérselo por la boca (por no decir otra cosa) al corrector de la PAU, y que yo lo haga por diversión, no es muy inteligente que digamos. Pero yo qué sé, soy rarita y me gusta hacer exámenes de matemáticas. 

Así que bueno, al año que viene espero estar buceando entre números y letras. 

Muchos besis para todos.                                                     - Alicia -



28 abr 2015

Thomas Davenport.




¿Relaciones?

¡Hey!
Hoy quería hablar de un tema que da demasiadas vueltas por mi cabeza y necesito descargar materia en algún sitio, y qué mejor que en mi Nirvana. 
Relaciones. De pareja, obviamente. No sé como empezar a exponer todo esto así que no creo que salga muy ordenado, pero empezaré diciendo que tengo diecisiete años y que ahora mismo estoy firmemente en contra de tener pareja. En mi caso, no digo que nadie pueda tener pareja, eso sería demasiado estúpido. 

Y bueno, expongo mi opinión y mis razones. Para empezar, soy algo así como asocial. No es que no tenga amigos, pero soy de las personas que piensan que antes la calidad que la cantidad. Esto lo voy a explicar a mi manera, porque no tengo otra, pero espero que se entienda. 
Yo tengo una mejor amiga a la que claramente tengo en un altar y no cambiaría por nadie, y contándola a ella somos un grupo de seis amigas (sí, todas chicas) más intimas, y a parte tengo más amigos y tal a los que sí que puedo considerar como tal. Y de ahí ya llegamos a lo que sería conocidos. Pues bien, a mí el paso de cambiar a alguien de conocido a amigo se me hace tremendamente difícil. Me cuesta muchísimo, ya sea porque soy una persona muy desconfiada y con baja autoestima que constantemente está pensando en por qué las personas que tiene a su alrededor están haciendo tal cosa, o porque sencillamente soy demasiado perezosa y me cuesta mucho mantener esas relaciones. Es decir, una amistad no se mantiene con pegamento y unos buenos días por la mañana. Todos necesitamos tiempo y afecto para confiar en alguien y yo soy una persona a la que le cuesta muchísimo dar todo eso. No es que sea fría, al contrario, pero me cuesta muchísimo acercarme a las personas y de sacar temas de conversación ya ni hablamos porque cuando estoy contando algo a mitad de conversación aparecen en mi cabeza preguntas como "¿A quién coño le importa todo esto?" y dejo de hablar. Porque al igual que cuando a mi me hablan me gusta prestar mucha atención, me gusta que me presten atención a mí cuando cuento algo y al mínimo detalle que vea de que la persona con la que hablo no me está escuchando, paso de seguir. Es decir, ¿para qué gastar mi tiempo y mi esfuerzo en algo que no va a servir para nada? 
Y supongo que todo esto lo he dicho porque para tener una relación hace falta ser cercana a las personas. Y no es que no quiera tener una relación porque sea incapaz, a parte de que no conozco a nadie que merezca la pena, con cariño, pero no para eso. Yo no quiero tener una pareja porque sencillamente no la necesito. Y sí, por mucho que me guste leer novelas moñas sobre relaciones que terminan con tres hijos y casados en las Maldivas, lo leo porque me gusta pero no porque diga "Oh, ¿por qué yo no tengo eso?" En mi cabeza es más bien "Joder qué bien que no me tengo que preocupar por nadie". 
Y suena demasiado egoísta, lo sé y lo reconozco, pero soy así. Tremendamente egoísta en lo que tiene relación con mi tiempo y conmigo, en el sentido de que me gusta cuidarme y dedicarme tiempo. Me encanta estar una hora en la bañera relajándome, me encanta aprender nuevas formas de maquillarme, leer libros, ver series y películas, escribir todo lo que pase por mi mente y dedicarle tiempo a la fotografía. 
También tengo que decir que no me gusta nada ir de fiesta. O más bien, no me gusta nada ir de fiesta en mi ciudad, que es más como un pueblo en el que todo el mundo conoce a los demás y hay más cotillas que en Telecinco. Y aunque debería ignorarlo, y trato de hacerlo, me pone de los nervios la cara de asco que tienen algunas de aquí. 
Y sinceramente, mientras tenga a mi mejor amiga no necesito a nadie más de momento. Sí, todos tenemos nuestras necesidades, pero si para eso tengo que estar con alguien a quien no quiero y que aun encima tengo que darle mi tiempo, para eso puedo suplir yo esas necesidades. 

Voy a terminar con el prototipo de mi pareja "perfecta", si es que eso existe, lo cual dudo bastante. Aunque supongo que eso te lo puedes creer tú. Es decir, ¿por qué buscar los defectos de una persona cuando te puedes quedar con las ventajas y tal vez convertir eso que no te gusta en algo que te encante? En mi opinión, no nos enamoramos de las personas porque no pasamos el tiempo suficiente con ellas, y puede que esa sea una de las razones por las que paso de tener a alguien. 
A lo que iba, que me lío. Lo que más me gustaría es poder pasar tiempo con esa persona haciendo cosas que haría yo sola, compartir las series y las películas pero sin tener que obligar. Nada de estar todos los días juntos, las personas necesitamos más estímulos que los de nuestra pareja si queremos crecer y progresar, y eso no se consigue atándose a alguien. Me encantaría que pudiera ir de fiesta con él y que me gustara, estar deseando que llegara el sábado para salir y no para vaguear. Que apreciara mis detalles y que yo también recibiera algo de todo eso. Sin presiones. Y lo más importante, y que creo que todos tenemos en cuenta, es que me haga reír. Aunque sinceramente no necesito a nadie para reírme, pero se agradecería. 

Así que eso es todo. O casi todo, porque estoy segura que me he dejado muchísimas cosas, pero ya para otra entrada. 

Muchos besis a todos.                                                                   - Alicia -

27 abr 2015

Wattpad.

Esto es una de las principales razones por las que he abierto este blog. Sentía la necesidad de compartir con alguien las novelas que leo por una página que se llama wattpad. Ese es mi perfil, que también lo tenéis en la barrita de arriba y vais directamente; pero eso no viene al caso. 
Lo que quería decir es que hay gente realmente brillante por todo el mundo que no publica libros y que no llega a cada una de las papelerías de este planeta, pero están ahí y algunos tienen un talento realmente tremendo. (No digo que sean Shakespeare)Y bueno, como esto lo voy a utilizar para desahogarme y no voy a estar dándole la lata a mis amigas todo el día, lo digo por aquí y ya vosotros hacéis lo que queráis con la información. 

He de decir que yo aquí lo que más leo son novelas moñas y para adolescentes porque los demás libros me gusta tenerlos en papel (también tengo muchos moñas). Y porque a todos nos gusta soñar con un romance de libro, ¿quién mejor para saber lo que quiere un adolescente que otro? Pues eso. 

Así que hoy os voy a decir unas pocas, porque tendría para muchísimo tiempo y no es plan. Voy a enumerarlas desde la que más me gusta a la que menos, entre las que me tienen obsesionada. 

 1ª - Nada de @gabyaqua
Sinceramente, esta novela me ha calado demasiado hondo. Es de un amor adolescente, hasta ahí todo normal. Lo que me enganchó, aparte de la forma en la que escribe la autora, que es realmente magnífica, fue el hecho de que al contrario que en las demás que he leído de Wattpad, ninguno de los protagonistas tiene mucho dinero. El espacio de la novela se centra en un barrio de familias humildes (ahora no recuerdo el país) en el que la protagonista pasa serios problemas por el dinero. Me ha llegado a estremecer la forma en la que llega a describir a Valeria (nuestra protagonista), así como la forma en la que evoluciona su relación con Sombra. Creo que ha sido la novela de wattpad con la que más he llorado, y aún así no he podido dejarla hasta el final. Es más, cuando me di cuenta de que realmente ya se había terminado, lloré más. ¡Pero no preocuparse! Porque en estos momentos la autora está subiendo una especie de secuela, que sí, que me hace llorar más por algo que no voy a decir porque sería un spoiler en toda regla. Así que está totalmente recomendada. 

 2ª - Leah es un desastre de @Lily_delPilar
Esta es una "saga" que aún se está escribiendo, pero ya tiene los dos primeros libros: Mi vida es un desastre.La universidad es un desastre y El viaje es un desastre. Sí, todo es un desastre y no sé como describir lo buena que es. Lo que más me gusta de todas es el humor, al contrario que con Nada, estas han sido con las que más me he reído y he llegado a llorar, pero de risa. La autora también ha escrito un relato corto en el que cuenta un poco sobre la infancia de los protagonistas en los que explica por qué son como son: A pesar de todo. Y en estos momentos también está en proceso una novela que protagoniza la prima de Leah: Prohibido salir con Adela.
Mi vida es un desastre fue el primero que leí al enterarme de que wattpad existía (a través de After) y la tengo en mi lista de favoritas y recomendables porque realmente se lo merece, ya sea por la forma en la que está narrada, o por la historia en sí. He de decir, aunque sea un poco evidente, que las obras que se publican en wattpad, como he dicho antes, no están escritas por escritores profesionales y por lo tanto se pueden encontrar algunas con errores garrafales de ortografía. Que bueno, todos tenemos fallos, yo no me excluyo porque demasiadas veces le pego patadas al diccionario. Pero hay algunas, que sinceramente yo he dejado de leerlas en la primera página por el dolor de ojos que me provocaban. 
Pero este no es el caso. Los libros que recomiendo de wattpad, ya sea a vosotros o a mis amigas, suele ser porque no tienen demasiadas faltas, por no decir ninguna, porque eso es algo que se agradece, aunque hay excepciones en las que la historia supera a todo lo demás. 
Volviendo a lo principal, no voy a escribir una sinopsis de la historia porque si pincháis en los enlaces que he puesto en sus nombres, os salen directamente. Y así les echáis un vistazo, que merecen la pena. 

Y por hoy ya vale, que tendría que estar estudiando, pero creedme cuando os digo que mi fuerza de voluntad está en valores negativos. 
Por cierto, para romances y esas cosas ni que decir que también recomiendo leer After de Anna Todd. He de decir que mi manera de describir a esta novela se hace con una sola palabra: autodestructiva. Y no digo que le des a un botón y te explote el libro en las manos, sino que es autodestructiva para los lectores. Yo me leí los dos primeros libros de unas 600 páginas aproximadamente cada uno, en unos dos días o tres. Me enganche cual yonki y no podía dejarlo. Pasé de dormir diez horas diarias en las vacaciones de navidad, a acostarme a las siete de la mañana para levantarme a las ocho y media y seguir leyendo. Nunca he llorado tanto con un libro, me afectó tanto que terminé vomitando. Y aunque antes he dicho que mi fuerza de voluntad es nula, he conseguido dejarme el tercer libro a la mitad por mi salud y porque no puedo llegar a clase con unas ojeras por las rodillas para que cuando salga del instituto vaya a casa a leer. Así que lo he dejado apartado hasta verano. Pensaréis que exagero, pero soy demasiado empática cuando se trata de libros, películas o series. 
Y, a pesar de todo esto, también la recomiendo leer.

Y eso es todo por hoy. Muchos besis para todos.                                             - Alicia -